PAVON
No se trata del nombre de una calle que la Gran Ciudad puso en honor de un paraje de la provincia de Santa Fe, al norte de Arroyo del Medio.
Pavón es el nombre de la batalla que sintetiza la división de la naciente Argentina, entre la Confederación y el Estado de Buenos Aires.
Para comprenderlo mejor, léase una síntesis en Crónica histórica de La Rioja (páginas 75 y 78), y CEPEDA cuando en 1859 Urquiza derrota a Mitre, batalla en la que participó un contingente riojano. En la página 75 se narra brevemente la batalla de Pavón.
Recuérdese que el 11 de Setiembre de 1852 Mitre gobernador de Bs.As., había separado Buenos Aires de la Confederación creando el Estado de Buenos Aires. Hasta el día de hoy la Plaza Miserere de Buenos Aires fue nombrada “11 de Setiembre”; es la conocida Plaza Once.
Numerosa bibliografía aborda no solo el desarrollo de la batalla sino las interpretaciones de escritores sobre la actitud del General Urquiza, frente a su retirada “al tranco” a Rosario y desde ahí a Diamante, con más de 4.000 hombres a su mando en el campo de batalla. Unos, escriben que Urquiza consideró que era una derrota definitiva del Ejército de Mitre; para otros, se habría tratado de un traición a la Confederación Argentina. Derqui presidente en Paraná, se retiraba a Córdoba a sofocar una reacción de las fuerzas mitristas. Y a La Rioja llegaba la noticia y el Chacho celebraba el triunfo y escribía a Urquiza ratificando su apoyo a la Confederación.
Otros historiadores señalan que el gobierno de Buenos Aires ignora los términos del Pacto de San José de Flores cuando se había incorporado a la Nación con sólo jurar la Constitución Nacional, pero señalan que Mitre a pesar de la letra del “Pacto de Familia” y de la jura constitucional, no había entregado la Aduana cuyas rentas seguía disfrutando, reorganizaba su ejército, subvencionaba conspiraciones en las provincias y por medio de su agente Hilario Ascasubi, seguía comprando armas y municiones en Europa y trayendo soldados y sargentos dados de baja en Austria así como italianos garibaldinos. . Porque en el medio del enfrentamiento de Buenos Aires con la Confederación, estaban los intereses económicos de Buenos Aires, y por el lado de Urquiza la defensa de los intereses de Entre Ríos y su enorme poder de estanciero. En Noviembre de 1861 Urquiza lanza su Manifiesto: “la provincia de Entre Ríos debe volver a ser lo que fue el 1º de mayo de 1851”; “sustraerse a la lucha” decía mientras el gobernador de Entre Ríos Pascual Rosas le pedía el 2 y 4 de noviembre en el Palacio San José que reasumiera el Ejército de la Confederación, y Derqui le decía a Saá que si Urquiza “adoptaba el medio de la paz, entregaría maniatado al partido nacionalista de la República, con tal que lo dejasen tranquilo en Entre Ríos.”
Y tres días antes del Manifiesto de Urquiza, el 22 de noviembre una parte de la división de Virasoro, el segundo jefe militar de Urquiza en Pavón, es sorprendida y masacrada en Cañada de Gómez por la caballería porteña al mando del uruguayo Venancio Flores, que “vengaba” así su derrota en Pavón. Entre los pocos que salvaran la vida se encontraba un porteño federal, el futuro autor del “Martín Fierro”. El General Juan Esteban Pedernera, héroe de la guerra de la Independencia, vicepresidente de la Confederación, trataba en vano de que Urquiza volviera a ponerse nuevamente al frente del Ejército. Las fuerzas de Mitre, en San Nicolás y el gobierno de Buenos Aires reorganizaban las fuerzas dispersas de Pavón.
La escenografía de la batalla de Pavón es ilustrativa. Los partes de guerra de las batallas de la extensa guerra civil, de 1820 a 1880 en la formación de lo que sería la República Argentina, está registrada en los informes que realizaban los jefes militares hacia sus gobiernos. Cosa que no existía en las batallas de guerrillas que realizaban las Montoneras del Chacho.
Finalizada la intensa batalla, Mitre se guareció en la Estancia de Palacios y desde allí se retira hacia San Nicolás, considerándose derrotado. Creía que Pavón era su segundo Cepeda. Al retirarse de la Estancia destruye toda la munición encontrada, destruyendo la artillería enemiga y la propia que no pudo arrastrar. Pasaron varios días hasta que tomara conciencia de su “triunfo” y escribe al gobierno de Buenos Aires, donde su ministro Gelly y Obes (también hay calles en Buenos Aries con su nombre) adoptaba medidas para contener el pánico que reinaba en la Ciudad, donde llegaban soldados en retirada, adoptando medidas como fusilamientos de “desertores” concentrando a los dispersos con los generales Hornos y Flores para reorganizar la caballería derrotada por el ala derecha del ejército de Urquiza al mando de Galarza.
Hay testimonios históricos que registramos al margen de interpretaciones de los hechos de parte de centenares de escritores sobre esta famosa batalla, así como del largo período de la guerra civil en territorio que no era todavía la República Argentina sino un puñado de “Provincias Unidas del Río de la Plata”.
Un Parte escrito pasada la medianoche del día de la batalla, por Benjamin Virasoro, jefe del Estado Mayor de Urquiza y de Ricardo López Jordán, su segundo, es enviado a Urquiza, que estaba ya lejos del escenario de la batalla:
“Excmo. Señor Capitán General: el enemigo queda en completa dispersión. Aquí estamos con todo el costado izquierdo frente al resto de la infantería enemiga, que ha pasado la noche en la estancia de Palacios. No tiene caballería, muy apenas una partida que creemos son oficiales”.
La escritora entrerriana Beatriz Bosch, biógrafa de Urquiza, afirma que “al retirarse de Pavón, no tenía noticias del Centro y de la izquierda”. La historia años despuésregistrará la muerte de Urquiza en su Palacio y la rebelión de López Jordán, su cuñado ya en los años de la presidencia de Sarmiento.
El derrumbe
Una vasta bibliografía de historiadores analizaron la crisis, la división en el seno de la Confederación, y las actitudes de Urquiza que llevaron a Mitre, a transformar una derrota militar, a consolidar la hegemonía de Buenos Aires. Una breve síntesis histórica describe el derrumbe de la Confederación Argentina.
“Al comenzar Octubre el vicepresidente Pedernera había nombrado una comisión para demandarle a Urquiza que se pusiera al frente del Ejército, que fuera negado por razones no aclaradas por la historia. Pero que se originan en episodios que llevarían al presidente Derqui a delegar el mando en Pedernera. Mientras tanto el 11 de ese mes Mitre completaba el grueso de su ejército la ocupación de Rosario. El gobernador de Corrientes, Pablo Rosas visitó en el Palacio San José a Urquiza del 2 al 4 de Octubre apoyando la demanda de Pedernera. La historia aquí carece de certezas. Los hechos señalan que el presidente Santiago Derqui envía su renuncia al vicepresidente Pedernera y se embarca el 6 de octubr en el vapor inglés “Ardent” con rumbo a Montevideo. El mismo día, desde Rosario, Mitre escribe al santiagueño Manuel Taboada anunciándole sus planes frente al gobierno de Urquiza. Taboada, el mismísimo que invadiera La Rioja en Pozo de Vargas…..
El 1º de diciembre la Legislatura de Entre Ríos dispuso “reasumir su soberanía” renunciando su sede federal, y el 12 de diciembre el general Pedernera vicepresidente de la Confederación no tuvo otra alternativa que declarar en receso al Ejecutivo Nacional. La Confederación Argentina dejaba de existir. Urquiza recuperaba su condición de ganadero del Litoral. Comenzaba una trágica historia para el Federalismo del NOA. Y el Chacho Peñaloza, escribía a Urquiza reiteradamente pero nunca los chasquis nunca volvieron con respuesta del entrerriano.
La historiografía urquicista no ha trepidado en presentar la retirada del entrerriano en Pavón como una especie de “renunciamiento” sanmartiniano…
De modo simétrico la historiografía mitrista ha dejado patente presentar el pacto con Urquiza, respetándolo a éste en su Entre Ríos así como su aceptación de la Constitución reformada. Buenos Aires y su Aduana se consolidaba y el “Estado de Buenos Aires” dejaba paso a un Buenos Aires con sus Ejércitos y su Aduana, en el camino de la cacería de los Federales del Cuyo y el NOA. Y Mitre escribe a su ministro Gelly Obes: debemos tomar a la República Argentina tal cual la han hecho Dios y los hombres….” Y escribe a Rufino Elizalde (quien sería su candidato a presidente en 1868: ……los recursos que la Aduana de Rosario ha de producir, se han de aplicar a objetivos nacionales, es decir, de la revolución, incluso gastos del Ejército Libertador. Pero la Aduana de Rosario apenas pagará sus gastos mientras no abramos los caminos comerciales, y por eso mi empeño de dominar a Córdoba”. El Ejército de Buenos Aires ampliado y extendido a las provincias se consolidaba y la Aduana y el papel moneda de Buenos Aires, garantizaba el dominio económico de Buenos Aires.
El período que sucede a Pavón –que reseñamos en Crónica Histórica de La Rioja – es la historia del triunfo definitivo del modelo centralista, unitario, ganadero y portuario que tendría el mayor impulso y consolidación en la “era del Roquismo”, aquel joven estudiante del Colegio de Concepción del Uruguay, el bisoño Julio Roca, que luchaba en Pavón como artillero, ascendido a Teniente luego de la batalla.