Leemos el libro del titulo de Ranulfo E. Bazán, un extraordinario trabajo que revela toda la riqueza minera que atesora nuestra provincia:

“posee una superficie de 89.680 kilómetros cuadrados según la Secretaría de Minería de la Nación del año 2003, y la superficie con potencial minero asciende a 75.000 kilómetros cuadrados, casi el 85% del total provincial.”

El 30 de julio de 1591 Juan Ramírez de Velazco escribe al Rey Felipe IIº de España: “Al tener grandes noticias de los naturales, de minerales de oro y plata fundé y poblé en nombre de Vuestra Majestad, la ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja”.

Se trata de un libro revelador del enorme potencial minero que aún duerme en las entrañas de nuestra provincia, y que hoy espera las decisiones de políticas que lleven a su explotación para beneficio de La Rioja y toda la Nación.

La fundación de La Rioja fue el resultado de la búsqueda del oro y de la plata de la conquista española, que señaló al Famatina como el “segundo Potosí”.

Pero hoy es necesario decir que hay “dos minerías”: la que admite una explotación racional sin daños ulteriores al sistema geológico y la otra minería la de “cielo abierto” que destruye y contamina el ecosistema y el agua, que en el caso de La Rioja ha sido frenada por el pueblo de Famatina.

El libro “Cuatro siglos de minería” debería ser considerado por todos los riojanos y por sus gobiernos, sus diputados y senadores, parainiciar una lucha por la definitiva explotación de nuestros recursos mineros.-(Carlos Ceballos)