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Alberdi y el federalismo
“La Aduana entra en el número de los males inevitables de la República Argentina…. (Juan Bautista Alberdi, Obras, IV, 300)
Recientes trabajos histórico/periodísticos y algunos libros, reivindican al autor de las Bases que sirvieron para la redacción de la Constitución Nacional de 1853.
La reivindicación surge de los escritores críticos del Liberalismo, que tienen en Alberdi algo así como el “numen” de la ideología liberal de la generación que arranca con Mitre y que echaron las bases de la estructura institucional, jurídica y económica que edificó la Argentina moderna.
Tanto unos como otros realzan las posiciones de Alberdi y olvidan otras.
Un reciente trabajo (Caras y Caretas, Mayo 2017) reúne trabajos de varios escritores bajo el titulo “El otro Alberdi” donde rescatan –fundamentalmente- la lucha de Alberdi contra Sarmiento y Mitre y “olvidan” su adhesión a Echeverría y J.M.Gutierrez en su lucha contra Rosas que le obligó a su exilio.
Los escritores liberales, siempre enaltecieron las posiciones de Alberdi relativas al librecambio y la herencia cultural europea y su posiciones clasistas que están plasmadas en su escrito “Gobernar es poblar”.
Creemos que lo mejor –como siempre- es leer en forma directa a Alberdi, como a todos, y sacar nuestras conclusiones sin olvidar el marco histórico concreto en que se escribe “la historia”.
Nosotros analizaremos las posiciones de Alberdi referidas al Federalismo y sus ideas reflejadas en su proyecto que fue la base de la Constitución del 53.
Fue Mariano Moreno el primero en proclamar el Federalismo. Sistema contra el cual lucharía Mitre desde 1850. Pero éste dice en su Biografía de Manuel Belgrano: (Leer en la portada: El fatídico año veinte. La descomposición).
“Esta palabra era “Federación”. Pronunciada por la primera vez por Moreno, el numen de la Revolución de Mayo de 1810, los diputados nombrados para formar el primer congreso Nacional la renegaron falseando su mandato.”
Como sabemos Alberdi formó parte de la Asociación de la Joven Generación Argentina que abrió una brecha entre los unitarios y la dictadura de Rosas. Exiliado en Montevideo en 1938 luego va a Chile donde escribe, respecto a la anexión de la mitad del territorio mexicano: “Los Estados Unidos no pelean por glorias ni laureles, pelean por ventajas, buscan mercados y quieren espacio en el Sur. El principio político de los Estados Unidos es expansivo y conquistador.” Asimismo rechaza y condena el bloqueo anglo francés en tiempos de Rosas.
Y en 1852 luego del triunfo de Urquiza –un federal del Litoral- sobre Rosas escribe Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, texto que requiere un estudio particular. Pero debemos saber que fue Dorrego al regreso de los Estados Unidos, un federal de Buenos Aires que vuelve con ideas industrialistas y federales (ver nota de Dorrego sobre La Rioja) que trae el conocimiento directo de la organización interna de los EE.UU. basada en Estados autónomos bajo una organización Federal, de ahí su nombre: “Estados Unidos”. ¿Acaso no éramos nosotros un proyecto de “Provincias Unidas” como objetivos fundacionales?
Ahora bien, debemos estudiar la Constitución del ’53 y comprender el retiro del Buenos Aires de Mitre en el golpe del 11 de setiembre del ‘52 (cuyo nombre quedó para siempre en la original Plaza Miserere llamada hoy Plaza Once en Buenos Aires).
Alberdi es nombrado por Urquiza “Encargado de Negocios de la Confederación Argentina” (sic) ante los gobiernos de Inglaterra, Francia, España y el Vaticano.
A partir del triunfo de Urquiza en Caseros se produce en Buenos Aires un realineamiento en las fuerzas federales y unitarias de Buenos Aires y la Campaña. Las disputas políticas expresan la lucha por el poder económico de los saladeros y ganaderos y los del comercio con Gran Bretaña, y el control de Puerto. Urquiza un federal del Litoral ya puede incrementar su poderío ganadero con la libertad de la exportación sin pasar por el puerto de Buenos Aires.
Alberdi se suma con rosistas como Tomás Guido, Jerónimo Costa, Hilario Lagos (jefe del ala derecha del ejercito de Rosas en Caseros), y a antirrosistas como Juan María Gutierrez, Salvador María del Carril, Vicente F. López. Del lado porteño se suman con Mitre a la cabeza, Manueol Anchorena (poderoso ganadero terrateniente rosista) Dalmacio Velez Sarsfield, Rufino Elizalde y Sarmiento.
Entre 1852 y 1861 se consolidan las fuerzas porteñas, que mantienen lo principal de los Ejércitos de Línea y que se enfrentarían en la batalla de Pavón, cuando Urquiza abandona el campo de batalla que lo favorecía.
Tras el triunfo de Mitre en Pavón por el retiro de Urquiza, Alberdi es “cesanteado” y se queda por 24 años en Francia. Mitre no le paga sus sueldos ni un pasaje de regreso. Alberdi escribe: “El mitrismo es el rosismo cambiado de traje”. Tiene entonces dos largas entrevistas con el General san Martín.
Escribe su famoso libro “El crimen de la guerra” y define a la guerra contra el Paraguay (que tanto resistieron los riojanos y otros provincianos) como “La guerra de la triple Infamia”.
Dice Alberdi: “Si es verdad que la civilización de este siglo tiene por emblema las líneas de navegación por vapor, los telégrafos eléctricos, las fundiciones de metales, los astilleros y arsenales, los ferrocarriles, etc. los nuevos misioneros de civilización salidos de Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, San Juan, etc. no sólo no tienen en su hogar esas piezas de civilización para llevar al Paraguay, sino que irían a conocerlas de vista por la primera vez en su vida en el ‘país salvaje’ de su cruzada civilizadora”.
Mitre –consolidado en Buenos Aires- dejó en manos brasileñas la guerra en Paraguay y bajó el ejército a la lucha contra el movimiento Federal , las tribus alzadas al sur y la Confederación presidida por Derquí, que sin el apoyo de Urquiza se disuelve.
Se persigue y derrota a las fuerzas de las Montoneras del Chacho y Felipe Varela, que habían sostenido una larga lucha contra Rosas período que culmina con el asesinato de Urquiza.
En todo dicho período Alberdi enfrentará políticamente a Mitre y a Sarmiento, subordinado este último al mitrismo hasta fines de su presidencia, enfrentándolo durante la presidencia de Avellaneda. Debe recordarse que Mitre provoca un levantamiento militar contra la candidatura de Avellaneda y es derrotado en la batalla de Santa Rosa. Poco después es amnistiado por el Congreso Nacional.
Esa lucha de Alberdi contra Mitre tiene intrínsecamente, contenidos favorables a una organización nacional contraria al predominio centralista de Buenos Aires.
Desde la consolidación del centralismo porteño del modelo mitrista hasta la emergencia de Roca, Alberdi desarrolla una enorme tarea política y educativa que se refleja en su voluminosa obra que requiere una constante lectura. Así describe Alberdi su posicionamiento:
“el principio y el fin de nuestra sociedad es la democracia, la igualdad de clases, Tal es el fundamento, la norma sobre la cual deben levantarse todas nuestras costumbres. Una costumbre será buena entre nosotros cuando esté de acuerdo con el principio de la igualdad: un uso, un estilo, una moda, una creencia, una idea, una doctrina, no debe ser admitida si no estás conforme a ese gran principio social” (Obras, I 1886; 394)
Sarmiento por su parte desarrolla conceptos sobre la instrucción pública, la alfabetización como herramientas de desarrollo personal y bases para la estructura geo económica para el desarrollo de las grandes obras públicas y el ferrocarril, el desarrollo de pueblos y ciudades basadas en Escuelas agronómicas, forestación y agrícolas. Ya entonces planteaba la Canalización del Bermejo, obra que aún hoy mantiene actualidad y que ha sido abandonada por el Congreso Nacional. (Ver nota El NOA y el Plan Belgrano).
Alberdi , Mire y Sarmiento
Después de Caseros, Alberdi apoya al federal Urquiza. El debate se suscita entre Alberdi y Sarmiento, Las Quillotanas de Alberdi y Las ciento y una de Sarmiento.
Debaten sobre todo pero especialmente sobre la guerra denostando Alberdi la guerra que Mitre y Sarmiento emprendieron contra los federales del Chacho y Felipe Varela hasta la derrota definitiva de los federales en Pozo de Vargas, y contra la guerra al Paraguay. El Chacho, asesinado por la mano de Irrazábal, el salvaje ordenado por la Legislatura de San Juan y por Sarmiento, como Felipe Varela, confiaron hasta el final en el federal Urquiza. Es un tramo de la historia que hay que investigar por cuanto Alberdi era un Consejero de Urquiza.
Las Bases y puntos de partida de Alberdi
Se basan obviamente en la constitución de los Estados Unidos donde los Estados desde los primeros del Atlántico se fueron extendiendo hacia el Oeste, fueron configurando un sistema federal de amplias autonomías de dichos Estados. En cambio nuestro federalismo fue muy diferente porque las provincias que declararon la independencia fueron preexistentes a la Nación (como señala el Preámbulo) y la larga guerra civil (donde patriotas de la independencia se enfrentaron entre sí) dio finalmente el triunfo y el poder central al centralismo unitario luego del triunfo frente a Tejedor en 1880.
La Constitución del ’53 sin embargo si bien instituyó la división de poderes, quedó con un poder hiperpresidencialista, hasta el día de hoy y con más podres aún al PEN en la última reforma de 1994.
Al berdi fue panamericanista y condenó la doctrina Monroe y la anexión mexicana por Estados Unidos.
El jurista Raúl Zaffaroni analizó las posiciones de Alberdi señalando que “Alberdi fue un federalista en serio”. Y recuerda que estuvo con el gobierno de Paraná en contra del centralismo de Buenos Aires.
Zaffaroni justifica el liberalismo económico de Alberdi por la época que se vivía, cuando el Capitalismo era aún de libre concurrencia hasta fines del siglo XIX que devino en imperialista. Sin embargo se requiere ahondar en este concepto pues el librecambio, desde Rivadavia, y aún en el período rosista y mitrista marcó la dependencia del imperio británico, configurando un país desindustrializado y agroedependiente hasta el día de hoy con el capitalismo globalizado.
Agrega Zaffaroni que Manuel Dorrego volvía de Estados Unidos con un “federalismo modelo norteamericano”. Y además con ideas industrialistas agregamos. No obstante justifica la Constitución porque “en su momento fue bastante buena”.
Dice además respecto a la relación de Buenos Aires con las provincias: “Eran los derechos del puerto que hoy se llama coparticipación federal. En aquel momento, significó la escisión del Estado de Buenos Aires. En definitiva, hasta el día de hoy, lo que tenemos es un grave problema para resolver la cuestión de la coparticipación federal y creo que es una de las cuestiones que quedan pendientes después de 160 años.”
Para eso propone que se requiere un Senado “tipo alemán” para que represente a las provincias y sea el que resuelva las cuestiones de la coparticipación federal.
La reforma del 94 –afirma-introdujo más poderes hiperpresidencialistas como los famosos DNU y el jefe de gabinete no sirve para nada, es un simple Secretario del Presidente.
Sostiene Zaffaroni que “el Poder Ejecutivo reparte el dinero, presiona a los gobernadores, los gobernadores presionan a sus diputados y senadores. ¿En donde queda lo republicano, lo representativo y federal?”
Y digamos finalmente respecto al pensamiento alberdiano algunas frases de su famoso documento “Gobernar es poblar”, donde se expresa un anclaje en el liberalismo clásico en la Argentina que incluso marcó el pensamiento de Joaquín v. González y aún del socialismo de Ingenieros.
Dice Alberdi:
“Para civilizar por medio de la población es preciso hacerlo con poblaciones civilizadas; para educar a nuestra América en la libertad y en la industria es preciso poblarla con poblaciones de la Europa más adelantada en libertad y en industria, como sucede en los Estados Unidos. Los Estados Unidos pueden ser muy capaces de hacer un buen ciudadano libre, de un inmigrado abyecto y servil….
Si la población de seis millones de angloamericanos con que empezó la República de Estados Unidos, en vez de aumentarse con inmigrados de la Europa libre civilizada, se hubiese poblado con chinos o con indios asiáticos o con africanos, o con otomanos, ¿sería el mismo país de hombres libres que es hoy día?
Gobernar es poblar, pero sin echar en olvido que poblar puede se apestar, embrutecer, esclavizar, según que la población trasplantada o inmigrada, en vez de ser civilizada, sea atrasada, pobre, corrompida.
El secreto de poblar reside en el arte de distribuir la población en el país….. Pero el país pierde lo que los puertos parecen ganar.”
(Extractos de Bases y puntos de partida para la organización política de la república Argentina (1852)