Los gastos de Buenos Aires

Demografía y Economía

 

 

Publicaremos aquí una serie de gastos que realiza el Poder Ejecutivo nacional, en algunos casos con el acuerdo del  Gobierno de Buenos Aires y que insumen  multimillonarios fondos en realizaciones inconsultas, debido al poder arbitrario que posee el Poder Ejecutivo. Debemos advertir que no es fácil obtener la información  de lo que gasta el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y en relación a los gastos de la Nación (que se concentran en la región metropolitana) tenemos que estudiar el presupuesto que fija el Ministerio “Federal” de Obras Públicas.

 

De Correo Central a Centro Cultural del Bicentenario, rebautizado ahora con el nombre de Centro Cultural Néstor Carlos Kirchner , tendrá una nueva Sala Lírica para 2500 espectadores,  que competirá con el Teatro Colón.

En su totalidad, todo el centro cultural costará más de 1000 millones de pesos, según cifras oficiales y el gobierno esperaba inaugurarlo en Octubre 2014.

Denominada la "Ballena Azul", la sala lírica tendrá un órgano especialmente construido, de 3500 tubos, fabricado en Alemania por la firma Orgelbau Klaiss.

  

 

Proyecto faraónico 

Tendrá 335 metros y una inversión de $ 2.500 millones. Anunciado en Setiembre 2014

Leemos en los diarios del 16 de Setiembre.

Para 2040, Buenos Aires será otra ciudad. Tendrá, quizás, o seguramente, otras postales. Otra tecnología. Otra movilidad. Y, tal vez, otra mirada hacia el mundo. Sin embargo, habrá un perfil que no cambiará: tendrá la misma cantidad de habitantes que hoy.

El informe señala que en tres décadas la cantidad de habitantes seguirá estancada muy poco por encima de los 3 millones que se registran desde 1947, pero anticipa que irá creciendo año a año hasta alcanzar su valor máximo en 2027, cuando se estima que el número llegue a 3.087.434. Y que después empezará a bajar hasta quedar, en 2040, en 3.043.704. ¿Por qué ese sube y baja? Por varias razones: por un lado por la estructura de la población, y por otro por las relaciones existentes entre mujeres y hombres y también entre las distintas edades.

 

Falso: la ciudad de Buenos Aires registra esas cifras en base al Censo nacional, pero la realidad es que alberga en forma permanente a cientos de miles que “viven” en inquilinatos, villas,  viviendas deterioradas de Constitución, Once, y otras zonas de la Ciudad de Buenos Aires. Todas esas personas no las registra el Censo porque tienen su domicilio en el Gran Buenos Aires y van a la Ciudad por trabajos o changas.

            Por otra parte,  “viven” en Buenos Aires en forma permanente los visitantes, turistas argentinos y extranjeros que en números cercanos a los 5 millones al año, residen en Buenos Aires y forman así la enorme concentración urbana que se desplaza diariamente por Buenos Aires.

 

 “La pirámide se ensancha en las edades centrales y crece en la cúspide, especialmente en las mujeres”, explica Victoria Mazzeo, Jefa del Departamento de Análisis Demográfico de la Dirección General de Estadística y Censos. Y detalla: “Esta pirámide es el resultado del efecto combinado del descenso de la fecundidad, el aumento diferencial de la esperanza de vida y de los cambios en las corrientes migratorias”.

 

En cuanto a las familias, las previsiones indican que las mujeres seguirán teniendo pocos hijos, o que mantendrán la tasa de fecundidad que se registra desde 2001: lejos de los grupos numerosos que se veían a fines de 1800, la madre de las próximas tres décadas solo tendrá entre uno y dos hijos (1,8 en promedio, una estadística que no varía desde 2001). “Las hipótesis de una baja fecundidad se verán compensadas por el importante descenso en las tasas de mortalidad y el consiguiente aumento en la esperanza de vida al nacer”, aclara el estudio. Aunque, de todas maneras afirma que la población de la Ciudad presentará una estructura de edades envejecida.

 

            La realidad  económica y social de la afirmación precedente, no tiene en  cuenta la mayor cantidad de hijos que se registran en las clases sociales más  pobres.

 

La estructura y la concentración porteña

 

Según arquitectos de Buenos Aires:

 

“La costa de Buenos Aires está en continuo cambio y seguirá modificándose en el futuro próximo. El puerto deberá responder a las crecientes demandas de comercio internacional con mayor modernización e integración. Otro factor a tener en cuenta es el mercado inmobiliario, siempre interesado en el borde costero y en especial a partir de la reconversión de Puerto Madero, iniciativa en la cual terrenos ganados al río por primera vez pasaron a manos privadas.

Las necesidades de infraestructura, equipamiento y suelo urbanizable podrían mantener la intención de expandir la ciudad hacia el este. Una alternativa esperable es que los paseos costaneros que se extienden hacia el Norte y hacia el Sur se transformen en nuevas postales turísticas, devolviendo a los porteños el contacto directo con el río.”

            Expectativa que se contradice con la realidad ya que se sigue con la tendencia inmobiliaria en la costa, como el proyecto de IRSA en la ex – ciudad deportiva de Boca.

 

“La contaminación crónica de las aguas del Riachuelo, el Reconquista y la franja costera del Plata, así como los problemas ocasionados por el tránsito vehicular, constituyen los mayores desafíos a enfrentar, ya que deben ser gestionados de manera conjunta entre la Ciudad de Buenos Aires y los municipios vecinos, tarea en la cual todavía no se registran avances significativos.”

 

            La mentalidad “porteña” de arquitectos, urbanistas, funcionarios y de los intereses inmobiliarios muy poderosos de la “gran Ciudad” convive con la absoluta falta de planificación urbana  del Estado (nacional o local) que deviene de la deformación económica histórica producida por el modo de producción de  nuestro país que ha cristalizado en la región metropolitana y en el Litoral paranaense también;  porque día a día crece el número de migrantes internos desde las provincias, particularmente entre los jóvenes, además de los 80.000 extranjeros (promedio) que en los últimos diez años se radicaron en el país.

            En la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires se utiliza  gran parte del Presupuesto Nacional. Se estima que solo en el bacheo de calles (que se destruyen día a día por la sobrecarga automotor) el Estado nacional gasta recursos superiores a la coparticipación federal que se entrega a las provincias del NOA.

            A pesar de que la riqueza creada en la industria y en el agro en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba constituye la mayor parte del PBI nacional, dichas provincias son deficitarias en su presupuesto de gastos. La concentración de los recursos impositivos nacionales, implica el manejo arbitrario que realiza el Poder Ejecutivo.

            A mediados del año 2014 el déficit estatal producto del endeudamiento interno alcanzaba los 75.000 millones de pesos.

            La debacle del sistema ferroviario argentino causado por el Modelo Menem Cavallo, derivó en un incremento irracional (considerando la magnitud del territorio argentino) del transporte por camión y automóvil que ya colapsa las autopistas, particularmente en el Litoral portuario argentino. Basta observar la salida de camiones del mayor puerto importador (Buenos Aires) por el centro de Buenos Aires para confirmarlo. La concentración de los ómnibus de pasajeros es objetiva.

            El accidente ferroviario que causó la muerte de más de 50 personas en la Estación de Once en la capital, movilizó al gobierno a comprar 1.000 trenes a China para las líneas metropolitanas, endeudándonos en 4.000 millones de dólares, porque la industria ferroviaria argentina (que construía coches y locomotoras) ha sido destruida; hoy, los grandes talleres de Junín, Remedios de Escalada, Tafí viejo, etc. son cementerios de chatarra.

(Continuará)

 

LA POBLACION MUNDIAL *

Las Megaciudades – La contaminación –

La alimentación mundial – El control de la natalidad

 

            La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que para 2050 el 70 por ciento de la población mundial vivirá en ciudades.

Las ciudades ocupan el 1% del territorio, consumen el 75% de la energía, generan el 80% de las emisiones de gases efecto invernadero y concentran el 85% de la riqueza económica en términos de PBI.

            Cada segundo nacen 2 personas en el mundo. La población actual está estimada en 7.000 millones y por primera vez en la historia más de la mitad reside en zonas urbanas. Asia reúne el 60% del total.

            En la  Europa rica el promedio de nacimientos es de menos de 1 hijo por familia.

            En China hay estricto control de la natalidad, al menos a la fecha y tiene 1.300 millones de habitantes.

            En la India no existe el control de la natalidad por leyes –salvo las voluntarias- y su población estimada en 1.100 millones superará rápidamente a China. Existen cientos de millones de personas allí viviendo en la pobreza y la indigencia.

            El ritmo de urbanización mundial es acelerado. En América, se localizan seis de las mayores megalópolis del planeta: San Pablo, México DF, Nueva York, Los Angeles, Buenos Aires y Río de Janeiro. En China, Shangai, Hong Kong y otras 10 megaciudades son el resultado del continuo éxodo campesino.

            Grandes ciudades viven en permanente sensación de vulnerabilidad por los terremotos (Chile y California), tsunamis (Japón y países asiáticos), inundaciones y sequías en Sudamérica y Africa) y sobre todo, por la carbonización generada por la combustión del petróleo y el carbón para mover el transporte y generar energía..

            Una de las principales consecuencias de las megaciudades es el hacinamiento, los asentamientos irregulares, la falta de cloacas y la proliferación de las drogas, como lo vemos en Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, donde han aumentado las “Villas”, junto a las urbanizaciones modernas y lujosas como Puerto Madero, Nordelta y cientos de barrios cerrados para las clases altas y medias altas. 

            En Argentina la expulsión de mano de obra rural por la agricultura industrial es continua e incrementa la concentración en las orillas de las grandes ciudades.

            La contaminación atmosférica, la alimentación malsana son los factores principales que contribuyen a la carga de la morbilidad como la violencia, el consumo nocivo de alcohol y la drogadicción.

            Según la ONU uno de cada tres personas de las megaciudades, viven en barrios y asentamientos irregulares.

 

 

*Fuentes: www.planificacion.gob.ar; www.who.int/countries/arg.es; www.unicef.org./argentina/spanish/overview; www.itdp.org; www.argentinagbc.org.ar; www.oficinaurbana.com.ar; www.oulbam.com.ar