Quien mandò matar a Facundo Quiroga?

A pesar de todo lo escrito sobre la muerte de Quiroga la duda sigue sobrevolando sobre el crimen y la Historia difícilmente de un veredicto inapelable. Pero es probable que  aparezca un documento revelador sobre su autoría. “Misterios” de asesinatos que se repiten en todo el mundo como el de Kennedy o el del Fiscal Nisman en nuestro país.

 

En el artículo “El General Juan Facundo Quiroga” escrito por César Reyes en Rosario (que se puede leer en la biblioteca Mariano Moreno de La Rioja)  cuyo original se encuentra en la Revista de la Junta de  Estudios Históricos de Mendoza, al pié de sus páginas se encuentra el relato del autor sobre la muerte de Quiroga. Ahí dice:

 

“Este artículo fue escrito en 1931 con motivo del centenario de la batalla de Chacón y para publicarse en diario ‘La Capital?. No se publicó porque el director me dijo en tono despectivo, que Quiroga era un gaucho. Sin embargo me retuvo el escrito y al poco tiempo de cumplirse el centenario de la muerte de Quiroga salió en ‘La Capital’ un artículo elogioso llenando páginas enteras con la firma de un hijo del Director. Como salieron también páginas enteras, encomiásticas, de distinguidos escritores en ‘La Nación’ y ‘La Prensa’.

Y sin embargo, mucho más gaucho y atrasado que Quiroga era el ídolo que veneran aquí en Santa Fe, don Estanislao López, que en combinación con don Juan Manuel de Rozas, hicieron asesinar a Facundo, de miedo, como va a verse.”

 

El largo escrito de Reyes al pié del artículo principal,  cita extensamente  todo lo relativo al crimen de Quiroga de lo escrito por el historiado Vicente Fidel López, las Memorias del General Paz y Lamadrid, sobre Estanislao López , los Reinafé, y las famosas cartas de Rozas a Estanislao López y las de éste a Francisco Reinafé donde se menciona al sicario  Santos Pérez, antes del viaje de Quiroga.

El artículo de Reyes resalta un hecho poco conocido de la historia:

 

“El 8 de enero de 1834, la Legislatura de Mendoza sancionó una ley, invitando a las provincias de San Juan y San Luis, a constituirse las tres en unidad con el nombre de ‘Provincia de Cuyo’. Para entrar así juntas en la Federación Argentina bajo ‘la protección del general Don Juan Facundo Quiroga’. En el mismo sentido había extendido esas miras por las demás provincias andinas, y el general Heredia gobernador de Tucumán, hablaba públicamente y brindaba en un banquete, delante  de don Marcos Paz, de Alberdi y de muchos otros, por el próximo Congreso constituyente promovido por el general Quiroga. Una de dos, o Quiroga trabajaba a sabiendas contra los propósitos de Rozas o éste con la profunda reserva que guardaba,  lo engañaba y lo acechaba. En cualquiera de los dos casos, es claro que Quiroga obraba contra los intereses positivos de Rozas, y que colocándose así en el terreno de las cuestiones nacionales, era un obstáculo tremendo en el camino que el despótico caudillo de Buenos Aires estaba dispuesto a proseguir sin trabas ni vacilaciones.”

“No se necesitaba más prueba que rememorar sus hechos desde entonces hasta el fin de su oscura y atroz tiranía. Así pues Quiroga se había ubicado en 1834, con respecto a Rosas, en la misma exactamente la misma actitud en que se colocó Urquiza, en 1851. ¿Puede dudarse de que Rozas tuviera vital importancia en eliminarlo como habría eliminado a Urquiza si hubiera tenido ocasión de hacerlo? Sentar la cuestión es resolverla.”

Es incuestionable que como hombre político Rozas tenía como índole propia muchas condiciones que Maquiavelo le da a su ‘Principe Modelo’ condiciones que no son en el fondo sino  un estudio moral, trasuntado sobre los ‘Anales de Tácito’;  y corroborado por los famosos facinerosos de Italia en el siglo XV.”

 

El artículo de Reyes contiene el fascímil de una proclama de Quiroga que tenía en su poder del archivo de su padre.  Y dice después de un largo análisis de los sucesos que llevaron a la muerte de Quiroga.

 

“Se nos disculpará esta larga nota y transcripciones para justificar y vindicar (sic) la personalidad política y militar de Juan Facundo Quiroga… Quiroga era todo un hombre valiente y un hombre franco, y confiado en ello fue que se dejó madrugar por los cobardes y falsos de Rozas y López. Si Quiroga hubiera llegado a Cuyo en su regreso y conocido la felonía de Rozas y López, con las fuerzas de su división se hubiera apoderado de Córdoba, y marchado rápidamente, como acostumbraba, sobre Estanislao López lo hubiera derrotad; y apoderado de Santa Fe, hubiera sido el árbitro de la República, porque a Rozas no le quedaba sino Buenos Aires, y hubiera triunfado de éste como lo venció Urquiza con menos genio militar que él,  y sin contar con todas las provincias del interior, como contaba Quiroga. Y hubiera organizado la República y sido presidente 18 años antes que lo hizo Urquiza.”

 

Esta conclusión  (algo  idealista) de César Reyes escrita en 1931 muestra la evolución en sus análisis históricos  después de 10 años de haberse alejado de La Rioja, como lo es el artículo sobre Facundo Quiroga  donde dice:

 

“No era tan overo  el tigre como lo pinta Sarmiento a Quiroga.

Sarmiento tomó participación en la muerte de “El Chacho” y en la guerra sin cuartel que le decretaron a éste y sus fuerzas, jefes del ejército nacional, como Sandes, Iseas, Linares, quienes cometieron tantas crueldades ya en épocas de organizado el país, y rigiendo la constitución nacional. Como las cometidas por Quiroga en tiempo de anarquía y de guerra a muerte por ambos partidos, unitario y federal.”

 

El estudio de todo lo escrito por su padre y de los archivos que poseía y de la lectura de los historiadores y biógrafos de Quiroga lo llevaron a analizar la historia en forma más racional y menos pasional.

 

Y todavía falta estudiar la mayor parte de los Archivos de Quiroga, particularmente de sus últimos años, donde seguramente encontraremos testimonios que expliquen mejor sus relaciones con Rozas en su largo “cautiverio” político en Buenos Aires.